El gozo y la paz de nuestro Señor Jesucristo nos llene cada día en este año que empieza.
Cada año al final o inicio nos lleva siempre a las mismas reflexiones:
Hemos hecho planes y algunos han sido concluidos, otros ni siquiera los empezamos, algunos aun siguen en el proceso, pero todos ellos fueron propuestos con el mejor de los deseos y el mayor de los anhelos.
A todos hoy deseamos un año 2012 lleno y pleno de nuestro Señor en la vida de cada uno.
Digamos 2012 el Año de nuestro Señor.
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