lunes, 21 de febrero de 2011

FRACASANDO CON TODO EXITO

Ezequias rey de Judá, comenzó a gobernar desde la edad de 25 años. Desde allí su vertiginosa carrera solo fue en ascenso.
La Palabra de Dios lo describe asegurando que no hubo otro rey como el.
Volvió a su pueblo a la adoración del único Dios de Israel, retorno con toda santidad la fiesta de la Pascua, deshizo los ídolos levantados por sus antepasados, abolió todo tipo de idolatría, libero de los asirios al pueblo y clamando a Jehová logro que sus ruegos fueran escuchados y 180.000 soldados asirios murieron como muestra del respaldo de nuestro Dios.
Que podría opacar tan vertiginosa carrera?
Un día este rey enferma e Isaias el profeta llega a el con una noticia fulminante: "Ordena tu casa,dice Jehová, que pronto morirás".Ezequias desconsolado pero aun lleno de  fe, pide a su Creador que prolongue su vida, clamor que fue escuchado y se le conceden 15 años mas.
Oh que grande es Dios, retraso el sol durante dos horas para confirmar su decisión.
Tiempo después los babilonios llegan a palacio y este rey sacado de la muerte, con una nueva oportunidad de vida concedida; solo tuvo en su mente mostrar las grandes conquistas logradas por "su mano", ostentar con los grandes tesoros concedidos en sus años de reinado, pero en ninguna parte, en este descrestante tour, hubo lugar para mencionar a quien le dio todo su poder y tesoros, inclusive que le devolvió la vida.
Cuantas veces hemos clamado a nuestro Dios por un milagro en nuestras vidas, sanación a una enfermedad incurable, la solución a un problema que en nuestras fuerzas jamas lograríamos vencer, y cuantas veces un instante después, olvidamos seguir dando la gloria a quien escucho nuestros ruegos.
Nunca debemos olvidar quien es nuestro Dios, que hace por nosotros y cuanto le debemos gracias a su misericordia.

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